¿A QUIÉN NO LE VA A GUSTAR UN IMPERIO ROMANO? Nº11

06.03.2025

¿A quién no le va a gustar un Imperio Romano? ¿A quién no le va a gustar si su arte no dejó ni un rincón vacío? 

Desde los relieves sobrecargados de los sarcófagos hasta los mosaicos que cubrían villas y templos, los romanos dominaron el arte, incluido el horror vacui como pocos. 

Su necesidad de llenar cada espacio con formas, escenas y ornamentos no era solo una cuestión estética, sino una forma de inmortalizar su visión del mundo. 

No soportaban el vacío, ni en sus muros ni en su historia, y esa obsesión ha dejado su huella en el arte de los siglos posteriores. Basta con mirar el barroco, el gótico o las miniaturas medievales para ver cómo Roma sigue ahí, marcando el ritmo de la ornamentación y el detalle. 

Incluso hoy, en una era digital saturada de imágenes y estímulos, podríamos decir que seguimos atrapados en un horror vacui moderno, donde la ausencia de contenido nos inquieta tanto como a un romano le habría inquietado un friso desnudo. 

Y ante eso, ¿a quién no le va a gustar un Imperio que, con su arte, aún llena los espacios de nuestra historia?