APOLO
Imagen de Hert Niks vía Unsplash.
El lunes aprendimos sobre la corona de laurel y mencionamos a Apolo, por ello hoy vamos a conocerlo mejor.
Apolo es el dios del fuego solar y de la belleza además de serlo de las artes plásticas, música, poesía y también el dios de los oráculos y de la purificación.
Es hijo de Júpiter y Leto y tiene una hermana gemela, Artemisa que es la diosa de la luna. El nacimiento de Apolo y su hermana fue un poco tormentoso porque Juno tenía mucha envidia de Leto y le puso trabas para que sus hijos nacieran.
Los gemelos nacieron en Delos, pasó allí su infancia, luego fue al país de los hiperbóreos donde se quedó un año entero hasta partir a Delfos.
En Delfos mató a la Pitón que estaba atemorizando el país y para conmemorarlo instauró los Juegos Píticos. Aunque Apolo realizó esa proeza para salvar a los ciudadanos del monstruo, el dios no siempre fue tan benévolo.
Fue desterrado del Olimpo dos veces: la primera por conspirar contra Júpiter y la segunda por haber dado con su flechas a los cíclopes. Tuvo un castigo por cada uno de los destierros: construir las murallas de Troya y como no fue pagado, le mandó una peste al pueblo y el segundo fue desterrado a Tesalia para cuidar los rebaños del rey Admeto.
En su vida amorosa tuvo varias aventuras que poco a poco iremos conociendo.
Como dios de la armonía se le atribuye la invención de la música y la poesía y como dios de la purificación sana los cuerpos alejando de ellos toda impureza.
Los romanos adoptaron esta divinidad de los griegos conservando su nombre y reteniendo su poder sanador y sus atributos solares (bajo el nombre de Febo).
El emperador Augusto convirtió a Apolo en su dios tutelar e hizo correr el rumor de que Apolo era su padre.