APULEYO

Después de toda la semana hablando de su obra, hoy llegó el momento de conocerlo a él, a Apuleyo, así que ¡vamos a ello! 

A Apuleyo se le conoce también como Lucio Apuleyo, aunque se cree que este praenomen Lucio se toma del protagonista de El asno de oro. Nació en Madaura, en Argelia, cerca del año 125 d.C., en una familia acomodada pues sabemos que su padre era un magistrado provincial. 

De su padre Apuleyo heredó una cuantiosa fortuna de un millón de sestercios que empleó en viajar para cursar estudios. Así Apuleyo estudió primero en Cartago, donde conoció las retóricas griega y latina, y luego en Atenas, donde, entre otras materias, se familiarizó con la filosofía platónica. Se le describe como un hombre deseoso de conocimientos y se sabe que se interesó, además de por la filosofía, por la religión, la ciencia y la retórica. 

Tras ser iniciado en el culto de Isis, marchó a Roma a estudiar retórica. Más adelante, se dedicó a recorrer Asia Menor y Egipto para continuar sus estudios de filosofía y religión. Hacia el año 158 aproximadamente, en el camino de Cartago a Egipto, paró en Oea (actual Trípoli), donde realizó una declamación pública en una basílica y en dicha ciudad también se casó con una viuda que era rica. 

Fue acusado por la familia de ella de usar la magia para conseguir los favores y riquezas de la viuda. En su defensa declamó y publicó un agudo discurso, la Apología pro se liber, ante el procónsul de África, Claudio Máximo, y los magistrados de la ciudad de Sabratha, en la Tripolitania. Con el discurso salió triunfante y se fue a vivir con Pudentila a una villa de ella a las afueras de Oea. 

Poco sabemos de su carrera posterior. A juzgar por las numerosas obras de las que fue autor, debió de estar dedicado a la literatura. En cuanto a su muerte, se desconocen la fecha, el lugar y las circunstancias, pero al no haber constancia de sus actividades después del año 170, se cree que debió morir en torno a esa fecha.