CUPIDO
Estatua romana de Cupido con arco proveniente de la Gallería degli Uffizi de Florencia.
Este domingo es San Valentín y vamos a comenzar a ver representaciones de Cupido por todas partes anunciando esta fecha especial, pero ¿quién es Cupido en realidad?
Sobre su nacimiento los autores latinos nos ofrecen varias versiones: por un lado, Séneca asegura que es hijo de Venus y de Vulcano mientras que Cicerón en su obra De Natura Deorum habla de dos Cupidos uno nacido de la Noche y Erebo que se identifica con el Hímero griego y otro que sería el Amor y habría nacido de Venus y Júpiter.
Aunque la versión más extendida es que nació de los amores de Venus y Marte, los que vimos la semana pasada. Según esta versión, Cupido nació en Chipre como Venus y ésta lo escondió allí en lo más denso de los bosques porque Júpiter le había pedido que se deshiciera de él por los daños que iba a causar.
El mismo Cupido en el bosque se fabricó su primer arco y sus primeras flechas con madera de fresno y ciprés respectivamente y entró la puntería lanzado flechas contra los animales que allí había. Posteriormente su madre le regaló el arco y las flechas de oro. Aunque las flechas no eran completamente de oro, sino que sus puntas en unos casos eran de oro para conceder el amor y en otros casos de plomo y estas causaban el olvido y rechazo en quien las recibiera. Un ejemplo de las flechas lanzadas por Cupido son las historias de Apolo y Dafne o Dido y Eneas.
Por todo ello la representación típica de Cupido es un niño con un arco y flechas y además tenemos la concepción de que Cupido tiene que lanzar una flecha para que una persona se enamore de otra. Además también se le suele representar alado dando a entender que la pasión que inspira es pasajera y con los ojos vendados para marcar que el amor está alejado de razonamiento y que no ve en el otro los defectos. De hecho, nuestro dicho "el amor es ciego" se debe a esta representación. Hasta cuando se habla del amor están presentes los clásicos.