EL MAUSOLEO DE AUGUSTO
Imágenes de Pinterest, Retuers y EFE.
El 6 de marzo para los romanos era el día "Augustus Pontifex Maximus factus est" por eso hoy como homenaje a Augusto vamos a ir a Roma a visitar el Mausoleo de Augusto porque además este monumento, después de una restauración severa, el pasado 1 de marzo abrió de nuevo sus puertas para acoger a turistas.
El Mausoleo de Augusto es el monumento funerario que el mismo Augusto hizo construir para que cuando llegara el momento de su muerte se le enterrara allí y también para que se enterrara allí a su familia.
Este monumento se comenzó a construir a orillas del Tíber en el año 28 a.C. con una planta circular de casi 90 metros de diámetro y una altura que se cree que pudo llegar a alcanzar los 45 metros, aunque el techo se derrumbó por lo que no se puede saber exactamente.
El edificio en realidad son dos cuerpos esféricos: el primero, el de los 90 metros de diámetro, alberga en su interior otro edificio cilíndrico en el que se encontrarían las cenizas del propio Augusto y también las tumbas de sus familiares, de hecho, se puede ver allí la lápida de su sobrino Marcelo.
También ambos edificios se encontraban recubiertos en su totalidad por mármoles, pero lamentablemente al abandonarse el edificio, se produjeron saqueos en los que se retiraron los mármoles para usarse en otros monumentos y de ahí que actualmente sea un edificio de ladrillo rojo.
De hecho, tras su abandono en época aún romana, el Mausoleo ha tenido una historia bastante activa: en el siglo XVI fue cuando se le quitaron los mármoles y esculturas para embellecer otros puntos de la ciudad; fue un fortín medieval; en el siglo XVIII se organizaron corridas de toros en él, en el XIX se le instaló una cúpula de cristal y se usó como auditorio.
Con la llegada de Mussolini al poder quien hizo derribar la cúpula y pidió que se excavara en el lugar para sacar todos los restos originales, pero con la llegada de la guerra esos planes se pararon y volvió a quedar abandonado sin ningún cuidado hasta hoy en día que la Fondazione TIM y la ciudad de Roma han unido fuerzas para restaurarlo y poder abrir sus puertas al público. La restauración comenzó en 2017 y se dio por concluida el pasado diciembre de 2020 cuando se anunció la fecha de la reapertura del edificio.