EL TÓPICO LITERARIO CARPE DIEM
Dentro de la Semana del Solsticio de verano, el jueves 24 de junio en Latín y Roma contamos con Aurora Campos para conocer más sobre el tópico literario carpe diem en un directo de Instagram.
Aurora es graduada en Filología Clásica y Filología Hispánica por la Universidad de Extremadura y como Trabajo Final de Grado de Filología Clásica en 2018 presentó un análisis del tópico carpe diem bajo el nombre Formación y desarrollo del tópico "Carpe diem" en la literatura grecolatina.
En su trabajo Aurora estudió en primer lugar qué es un tópico literario, los rasgos generales que conforman al tópico "carpe diem" y el desarrollo que tuvo en la literatura de la Antigüedad, desde los sumerios hasta el autor latino Marcial.
Durante el transcurso del directo de Instagram, Aurora nos expuso lo que su trabajo recoge y nos fue guiando por los textos para poder descubrir cómo se formó este tópico y qué elementos se le fueron sumando hasta llegar a ser lo que hoy conocemos.
A continuación, se encuentra la secuencia cronológica y los textos que Aurora y yo misma fuimos leyendo en el directo para que lo puedas seguir y los puedas leer más fácilmente.
En la literatura sumeria encontramos, por primera vez en la literatura escrita en un fragmento del Poema de Gilgamesh (de aproximadamente el 2500 a.C.), la preocupación por la mortalidad del ser humano unida a la exhortación al goce de los placeres de la vida, tanto físicos como espirituales: la comida, las fiestas, el baile, los juegos, los ricos vestidos, los perfumes, la familia o la esposa.
En un momento determinado del poema (en la tablilla X), el héroe épico se encuentra con Siduri, tabernera o diosa de la cerveza, quien le aconseja en los siguientes términos:
En la literatura egipcia tenemos los Cantos de arpista, donde el tópico aparece a menudo. El Canto del arpista son poemas egipcios que que se cantaban en los banquetes. Se han conservado algunos en capillas funeraria de faraones y suelen aparecer en tumbas.
Así, en primer lugar, la Canción del Arpista, datada en la época de la XI dinastía (finales del Primer Periodo Intermedio, aproximadamente en el 2125 a.C.), anticipa el tema del carpe diem. En la canción, que se ha conservado en la tumba del rey egipcio Intef, que vivió entre el 2100 y el 1600 a.C. y es la más antigua de los cantos de arpista que analicé, se puede leer lo siguiente:
"...Alegra tu corazón, para que tu corazón se olvide de que un día tú serás beatificado [estarás muerto]. Sigue a tu corazón mientras estés vivo, esparce mirra sobre tu cabeza, vístete con finas telas, úngete con estas verdaderas maravillas que son el reparto de un dios; multiplica tus placeres, no dejes moderarse a tu corazón, sigue a tu corazón y los placeres que deseas. Haz aquello que quieres sobre la tierra, no constriñas a tu corazón. Vendrá para ti el día de las lamentaciones."
O, otro ejemplo, en la la tumba de Petosiris en Hermópolis:
"Bebed, emborrachaos, no dejéis de estar de fiesta, seguid vuestros corazones mientras viváis sobre la tierra... Cuando un hombre se va de ella, sus bienes se van de ella; será su heredero el que satisfará sus deseos a plena voluntad. Ya no hay sol para el rico; todo se va tan pronto como un sueño."
En la Biblia el tópico es tratado casi siempre desde una perspectiva negativa, ya que la ideología del carpe diem es algo totalmente contrario a las creencias tanto judías como cristianas sobre la vida de ultratumba. Por eso, cuando aparece el tópico del carpe diem es, casi siempre, para censurarlo.
Por ejemplo, en el libro de Isaías:
Is. 22, 13-14: "Y he aquí gozo y alegría, matando vacas y degollando ovejas, comiendo carne y bebiendo vino, diciendo: 'Comamos y bebamos, porque mañana moriremos'. Esto fue revelado a mis oídos de parte de Jehová de los ejércitos: Que este pecado no os será perdonado hasta que muráis, dice el Señor, Jehová de los ejércitos"
En la literatura griega el tópico del carpe diem experimentó un amplio desarrollo. Un ejemplo extraído de los líricos arcaicos es Semónides de Amorgos con lo que podemos considerar la primera manifestación del carpe diem en la literatura griega:
ἓν δὲ τὸ κάλλιστον Χῖος ἔειπεν ἀνήρ·
«οἵη περ φύλλων γενεή, τοίη δὲ καὶ ἀνδρῶν.»
παῦροι μὴν θνητῶν οὔασι δεξάμενοι
στέρνοισ' ἐγκατέθεντο· πάρεστι γὰρ ἐλπὶς ἑκάστωι
ἀνδρῶν, ἥ τε νέων στήθεσιν ἐμφύεται.
θνητῶν δ' ὄφρα τις ἄνθος ἔχηι πολυήρατον ἥβης,
κοῦφον ἔχων θυμὸν πόλλ' ἀτέλεστα νοεῖ·
οὔτε γὰρ ἐλπίδ' ἔχει γηρασέμεν οὔτε θανεῖσθαι
οὐδ', ὑγιὴς ὅταν ἦι, φροντίδ' ἔχει καμάτου.
νήπιοι, οἷς ταύτηι κεῖται νόος, οὐ δὲ ἴσασιν,
ὡς χρόνος ἔσθ' ἥβης καὶ βιότοι' ὀλίγος
θνητοῖσ'· ἀλλὰ σὺ ταῦτα μαθῶν βιότου ποτὶ τέρμα
ψυχῆι τῶν ἀγαθῶν τλῆθι χαριζόμενος.
"Una sola frase, la más hermosa pronunció el hombre de Quíos: exactamente igual que la generación de las hojas es la de los hombres. Pero qué pocos son los mortales que tras escucharlo lo albergaron en su fuero interno; pues a cada uno de los hombres le asiste una esperanza que va arraigando en los corazones de los jóvenes. Y un mortal, mientras mantiene la codiciada flor de juventud con ánimo frívolo, imagina muchos proyectos que nunca se realizarán. Pues ni alberga la sospecha de envejecer y de morir ni en plena salud se preocupa de la enfermedad. Ingenuos quienes tienen esa forma de pensar y no saben que el tiempo de la juventud y de la vida es breve para los mortales. En cambio, tú que tienes la lección aprendida, resígnate a disfrutar de los bienes de la vida hasta el fin de tus días."
La primera cita sobre la generación de las hojas y los hombres es Homero, Ilíada, VII:
Cual la generación de las hojas, así la de los hombres. Esparce el viento las hojas por el suelo, y la selva, reverdeciendo, produce otras al llegar la primavera: de igual suerte, una generación humana nace y otra perece.
Otro ejemplo de la literatura griega sería el siguiente de Asclepíades de Samos (s. III a.C.):
Φείδη παρθενίης. Καὶ τί πλέον; Οὐ γὰρ ἐς ᾅδην
ἐλθοῦσ' εὑρήσεις τὸν φιλέοντα, κόρη.
᾿Εν ζωοῖσι τὰ τερπνὰ τὰ Κύπριδος. Ἐν δ'᾿Αχέροντι
ὀστέα καὶ σποδίη, παρθένε, κεισόμεθα.
"Atesoras tu doncellez. ¿Y para qué? Cuando al Hades hayas descendido no encontrarás quien te ame, muchacha. Entre los vivos están los placeres de Cipris: en el Aqueronte huesos y ceniza, doncella, seremos."
En la literatura latina el tópico alcanzó su mayor desarrollo y se puede encontrar en muchos autores, pero se puede hacer una distinción entre los autores de antes y después de Horacio que fue quien asentó el tópico, como demuestra el que como nombre del tópico se use su máxima "carpe diem".
Antes de Horacio, Catulo en su poema V desarrolla el tópico:
Vivamus, mea Lesbia, atque amemus,
rumoresque senum severiorum
omnes unius aestimemus assis.
Soles occidere et redire possunt;
nobis cum semel occidit brevis lux,
nox est perpetua una dormienda
Da mi basia mille, deinde centum,
dein mille altera, dein secunda centum,
deinde usque altera mille, deinde centum.
Dein, cum milia multa fecerimus,
conturbabimus illa, ne sciamus,
aut nequis malus inuidere possit,
cum tantum sciat esse basiorum.
"¡Vivamos, Lesbia mía, y amemos, y todos los rumores de los viejos, demasiado severos, valorémoslos en un solo céntimo! Los soles pueden morir y renacer; nosotros, cuando haya muerto de una vez para siempre la breve luz de la vida, debemos dormir una sola noche eterna. Dame mil besos y después cien, otros mil luego, luego otros cien. Empieza de nuevo hasta llegar a otros mil y a otros cien. Después, cuando hayamos acumulado muchos miles, los revolveremos todos para perder la cuenta o para que ningún malvado sea capaz de embrujarnos cuando sepa que nos hemos dado tantos besos."
La oda XI del Libro I de Horacio es la que da nombre al tópico y es la siguiente:
Tu ne quaesieris, scire nefas, quem mihi, quem tibi
finem di dederint, Leuconoe, nec Babylonios
temptaris numeros. Vt melius, quidquid erit, pati,
seu pluris hiemes seu tribuit Iuppiter ultimam,
quae nunc oppositis debilitat pumicibus mare
Tyrrhenum: sapias, vina liques, et spatio brevi
spem longam reseces. Dum loquimur, fugerit invida
aetas: carpe diem, quam minimum credula postero.
"No preguntes, Leucónoe ─pues saberlo es sacrilegio─, qué final nos han marcado a mí y a ti los dioses; ni consultes los horóscopos de los babilonios. ¡Cuánto mejor es aceptar lo que haya de venir! Ya Júpiter te haya concedido unos cuantos inviernos más, ya vaya a ser el último el que ahora amansa al mar Tirreno con los peñascos que le pone el paso, procura ser sabia: filtra tus vinos, y a un plazo breve reduce las largas esperanzas. En tanto que hablamos, el tiempo envidioso habrá escapado; échale mano al día, sin fiarte para nada del mañana."
Entre otros escritos de Horacio dedicados a este tópico, su oda III del Libro II es un desarrollo magnífico y completo del tópico:
Acuérdate de mantener en las cosas adversas
la mente equilibrada, no de otro modo en las buenas
de una alegría desbordante
templada, Delio que morirás,
tanto si has vivido triste todo el tiempo
como si en un prado apartado echado
durante los días festivos te has alegrado
por una clase interior de Falerno.
¿Para qué el enorme pino y el blanco chopo
aman juntar una sombra hospitalaria
con sus ramas? ¿De qué manera la rápida agua
se esfuerza en borbollonar por el quebrado arroyo?
A aquí vino y perfumes y las flores bastante breves
de la encantadora rosa ordena que traigan,
mientras tu circunstancia, tu edad y los negros
hilos de las tres hermanas te lo permiten.
Te marcharás de los sotos comprados y de tu casa
y de tu villa que el rubio Tíber baña,
te marcharás, y un heredero se adueñará de todas
las riquezas que has amontonado a lo alto.
Si nacido rico del antiquísimo Inaco
nada importa o si nacido pobre y del linaje
más bajo vivas a la intemperie
víctima del Orco que no se compadece de nada.
Todos somos empujados al mismo sitio
la suerte de todos da vueltas en una urna
que más tarde o más temprano ha de llegar y que nos ha
de meter en la barca, camino del destierro eterno.
Después de Horacio, Marcial desarrolla también el tópico en numerosas composiciones e incluso lleva el tópico al extremo, como en este ejemplo, donde ya no es que haya que vivir el hoy sino que hay que vivir el ayer.
Cras te victurum, cras dicis, Postume, semper.
Dic mihi, cras istud, Postume, quando venit?
Quam longe cras istud, ubi est? Aut unde petendum?
Numquid apud Parthos Armeniosque latet?
Iam cras istud habet Priami vel Nestoris annos.
Cras istud quanti, dic mihi, possit emi?
Cras vives? Hodie iam vivere, Postume, serum est:
ille sapit, quisquis, Postume, vixit heri.
"Dices que empezarás a vivir mañana, 'mañana' dices, Póstumo, siempre. Dime, ese 'mañana', Póstumo, ¿cuándo llega? ¡Qué lejos está ese mañana! ¿Dónde está? ¿Adónde hay que ir a buscarlo? ¿Se oculta quizás entre los partos y los armenios? Ese 'mañana' tiene ya los años de Príamo o de Néstor. Ese 'mañana', ¿por cuánto, dime, se puede comprar? ¿Vivirás mañana? Vivir hoy es ya ir con retraso. Persona sensata es, Póstumo, quien vivió ayer."
Aquí abajo puedes encontrar el directo con Aurora para completar la información sobre estos textos aquí expuestos.