LA ESTATUA DE AUGUSTO DE CARTAGENA

Como el otro día conmemorábamos el fallecimiento de Augusto, hoy vamos a explorar una de las estatuas que inmortalizan al primer emperador en nuestra Hispania.
La Estatua de Augusto de Cartagena, descubierta en 1917 en la región de Murcia, España, es una pieza clave de la escultura romana. Encontrada en Cartagena, un importante puerto del Imperio Romano, esta estatua representa a Augusto en una postura formal y digna, vistiendo una toga que subraya su rol como líder y magistrado.
Aunque la cabeza de la figura no se ha conservado y no se puede atribuir con certeza a Augusto, ya que podría tratarse también de Tiberio, la estatua presenta características clave que evocan la iconografía de Augusto como Pontífice Máximo.
La figura velada, con parte de la toga cubriendo la cabeza, simboliza su papel como representante principal del paganismo, donde la imagen imperial alcanzaba la máxima divinidad. Este tipo de representación es un claro ejemplo de la invención romana, ya que la toga, prenda instaurada por el emperador Octavio, era conocida por ser incómoda según algunas fuentes.
Sin embargo, esta toga se convertiría en un distintivo importante de la ciudadanía romana, reservada exclusivamente para los hombres que poseían dicha ciudadanía. A diferencia del lujoso "Augusto de Prima Porta", que se conserva en el Vaticano, la figura de Cartagena es relativamente sobria, ofreciendo una imagen más seria y respetuosa del emperador. Este estilo realista refleja la evolución de la iconografía imperial y muestra cómo Augusto era percibido en las provincias del Imperio.
La estatua de Cartagena destaca por su sencillez y formalidad, proporcionando una visión única de la presencia y autoridad de Augusto en la Hispania romana.
Así, esta obra no solo celebra la grandeza del emperador, sino también la influencia y el impacto de su gobierno en las regiones del Imperio.