IAM MENS PRAETREPIDANS AVET VAGARI
Ya mi corazón impaciente ansía viajar
Catulo, Carmina, XLVI, v. 7.
Continuamos con el ansía de vacaciones y de viajar y para que veas que los romanos también tenían esas ganas hoy te comparto una máxima de Catulo sobre ello. ¡Vamos a conocerla!
En su poema 46 Catulo nos habla de su estancia en Bitinia durante la campaña en la que participó estando a las órdenes de G. Memmio. Catulo se embarcó en esta aventura porque quería dejar atrás su tormentosa relación con Lesbia, honrar a su hermano y también ganar dinero, pero allí quedó convaleciente y tuvo que reposar. En este poema nos habla del fin de su campaña, cuando ya se siente recuperado y quiere continuar con su viaje.
Esas ganas nos las expresa con esta máxima que te comparto hoy: iam mens praetepidans avet vagari (ya mi corazón impaciente ansía viajar).
Además, aparte de esta máxima preciosa, el poema 46 entero es
una maravilla, por ello te lo comparto entero también:
Iam ver egelidos
refert tepores,
iam caeli furor aequinoctialis
iucundis Zephyri silescit
auris.
linquantur Phrygii, Catulle, campi
Nicaeaeque ager uber aestuosae:
ad claras Asiae volemus urbes.
iam mens praetrepidans avet vagari,
iam
laeti studio pedes vigescunt.
o dulces comitum valete coetus,
longe quos
simul a domo profectos
diversae variae viae reportant.
Que en español se traduce como:
Ya la primavera trae el clima templado,
ya la furia del cielo
invernal
calla ante la agradable brisa del Céfiro.
Abandonemos, Catulo, las
llanuras frigias
y las ricas campiñas de la calurosa Nicea:
¡volemos a
las famosas ciudad de Asia!
Ya mi corazón, impaciente, ansía viajar,
ya
mis piernas, alborozadas, recobran sus fuerzas.
¡Adiós, dulce compaña de
amigos:
juntos partimos lejos de la patria,
diferentes caminos nos
devuelven separados!
Como ves una vez más, la magia de los clásicos está en que han vivido y sentido lo mismo que nosotros y por eso nos podemos identificar con ellos.