LA BULA DE LOS NIÑOS ROMANOS
Hoy vamos a hablar del amuleto que los niños romanos portaban para estar protegidos. ¡Vamos!
Este amuleto que portaban los niños romanos se llama bula, bulla, -ae en latín que significa burbuja. Su uso, como ya te he adelantado antes, se daba para protegerlos, pues la bula era como una protección exterior, como una burbuja, (de ahí su nombre en latín) con forma redonda, de corazón o de saco que en su interior contenía amuletos y/o diferentes hierbas que tenían poderes curativos y contra el mal de ojo.
Este amuleto se llevaba colgado al cuello como un colgante y se les imponía a los niños nueve días después de haber nacido. El momento de dejar la bula atrás era cuando se tomaba la toga viril a los 16 años.
En ese momento se llevaba a cabo una ceremonia en la que el niño dejaba su bula en el altar de los lares de su casa. Si el niño llegaba a ostentar altos cargos, podía sacar de nuevo la bula para ceremonias como el nombramiento como general o los desfiles triunfales, para que le protegiera de la envidia de los hombres.
Una forma de tratar este tema que me ha gustado mucho es la de Ángela Moraga (@magistraangela), nuestra mentora de la Universidad de Salamanca. Ella en sus clases elabora un proyecto muy interesante para dar a conocer este objeto de la vida cotidiana romana, pero también para dar la bienvenida a un nuevo curso: les explica a sus alumnos para qué eran las bulas y posteriormente cada uno de ellos elabora su propia su bula con FIMO, arcilla o incluso cerámica de secado al aire y se convierte en su amuleto el nuevo curso.
Me ha parecido un proyecto muy bonito y de
hecho me han dado ganas de hacerme mi propia bula. ¿Qué te parece a ti este
proyecto? ¿Algún profe más que trate este tema con un proyecto parecido? Te
leo en comentarios.