LA EVOLUCIÓN DE LA CANTIDAD SILÁBICA DEL LATÍN A LAS LENGUAS ROMANCES
Hoy empezamos a conocer los cambios producidos en la evolución de los elementos suprasegmentales latinos hasta dar como resultado las lenguas romances.
El latín no tiene grafías para representar la cantidad, sabemos que sí había una distinción por la métrica, pero no se sabe exactamente cuánto más era la duración de una larga y cuánto menos la duración de una breve.
Además, sabemos que la cantidad era distintiva o fonológica pues implicaban distintos significados, por ejemplo, venĭt (pres. ind.) / venīt (prt. Pft. Ind). A veces la cantidad sí que se representaba como en MAARCO o mediante la llamada i longa I o mediante el uso de las letras mayúsculas para darle determinada importancia a determinadas palabras.
Pero todos estos signos desaparecieron con el tiempo. En el uso del latín se pierde la cantidad por lo que ninguna lengua romance la conserva. La que más tiempo conservó la cantidad fue el gallego por su posición limítrofe. De este hecho se deduce que la cantidad se perdió en época de unidad, pero las hipótesis de la caída de la cantidad del latín son muy variadas.
El latín vulgar ofrece un importante testimonio acerca de la caída de la cantidad en Pompeya, en especial en sus grafitis que nos dan una muestra de la separación evidente del latín oral y literario y sobre todo una muestra de cómo el pueblo llano usaba el latín.
Así podemos decir que, con el testimonio de Pompeya, la cantidad se empezó a perder en el siglo I d.C. Aunque la poesía cuantitativa se mantuvo en la escuela como un ejercicio escolar, un ejemplo de ello es el poema África de Petrarca que se consideraba un poema de Virgilio.
Posteriormente, en el siglo III, fue cuando la métrica cambió a una métrica acentual y se dio por perdida por completa la cantidad silábica.
Ahora
cuéntame, ¿te habías parado a pensar en los cambios en la cantidad silábica?
Te leo en comentarios.