LAS CELEBRACIONES LITURGICAS SEGÚN EL ITINERARIO DE EGERIA
El itinerario de Egeria sobre todo es conocido por el viaje y los lugares que su autora conoció, pero en verdad el texto consta de una segunda parte en la que Egeria explica cómo se desarrollaban las jornadas y las celebraciones litúrgicas a las que pudo acudir y eso es lo que vamos a conocer hoy. ¡Vamos!
De lunes a sábado Egeria se despertaba antes del canto del gallo para hacer la vigilia matutina entonando himnos y salmos hasta el amanecer.
Cuando empieza a amanecer comienzan los maitines y llega el obispo con el clero y hace un rito de oración y reparto de bendiciones además los presentes le besan la mano al obispo.
A la hora sexta del día se repite la misma operación y a la hora décima se celebran las vísperas y las antífonas que van seguidos de una oración y bendición del obispo a quien besan de nuevo la mano.
Los domingos antes del canto de los gallos, el obispo baja el primero y espera a que canten los gallos para abrir las puertas y para entonar todos juntos tres himnos y salmos y pasar a entonar los Evangelios con relatos de la Resurrección de Jesús para luego acudir a la Cruz y allí recitar salmos y oraciones hasta acabar la misa con el besamanos al obispo. El obispo se retira, pero los fieles continúan con salmos y antífonas hasta el amanecer acompañadas de oraciones. Todos estos rituales se llevan a cabo en la Basílica del Santo Sepulcro de Jerusalén, en concreto en la Anástasis, la gruta de la Resurrección donde se supone que estuvo el sepulcro de Jesús.
Además, los domingos en la mañana los fieles acuden a la iglesia mayor, situada en el Gólgota, el conocido como monte de la calavera donde fue crucificado Jesús, para hacer más lecturas del Evangelio y escuchar un sermón del obispo para luego besarle la mano de nuevo.
Como se puede en el siglo IV,
cuando Egeria conoció estos rituales, la celebración de la liturgia y la misa
ya comenzaba a estar fijada y a tener sus reglas para su celebración.