LOS FLORILEGIOS MEDIEVALES
Ayer ya dije que íbamos a estudiar el De Amicitia desde otra perspectiva, pues bien, esta visión son los florilegios pues es lo que yo estudié en mi Trabajo Final de Grado (TFG).
Para poder analizar el De Amicitia desde esa perspectiva, primero vamos a aprender qué son los florilegios medievales.
Los florilegios medievales son manuscritos latinos que contienen extractos de diversos autores, sean clásicos, tardíos o cristianos e incluso medievales y constituyen una forma de transmisión textual distinta a la transmisión de obras completas.
Como son textos extractados, la Crítica Textual los considera como testimonios deficientes, de segunda fila y por eso los editores han limitado su uso. En cambio, otros estudiosos como el latinista inglés B. L. Ullman, han señalado que son de importancia porque testimonian la cultura literaria de la época en la que fueron elaborados.
Dentro de los florilegios se distinguen dos tipos distintos:
1. Los florilegios por secciones de autor donde los textos extractados están ordenados por autores.
2. Los florilegios temáticos donde los extractos están agrupados por temas.
El abreviar los textos en compendios y florilegios se hacía ya en la Antigüedad, aunque en la Edad Media fue cuando tuvieron más difusión y se convirtieron en instrumentos de trabajo intelectual.
Su utilidad se encuentra en que recogen los conocimientos para poder usarlos en entornos académicos, pero también en entornos eclesiásticos pues servían para la composición de homilías. Además, algunos compendios se realizan ad hoc para algunos fines, por ejemplo, se recogían los saberes sobre medicina o sobre conducta para educar a varones nobles.
Un rasgo muy importante de ellos, aparte de lo ya mencionado, es que son considerados nuevas obras a pesar de contener sentencias tomadas de otras obras, puesto que esas sentencias se extraen según el gusto o interés del compilador y normalmente se ven sujetas a modificaciones para adaptarlas a la nueva obra.