LUCIO SERGIO CATILINA
Ayer hablamos de la Conjuración de Catilina escrita por Salustio y hablamos del retrato que el escritor hace de Catilina en ella, por ello hoy comparto contigo este retrato, traducido por mí misma.
Así es como Salustio nos presenta a Catilina en su Conjuración de Catilina (V, 1-8).
Lucio Catilina, nacido de linaje noble, fue de gran fortaleza, no solo de espíritu sino también de cuerpo, pero de mal carácter y depravado. A este desde la adolescencia las guerras civiles, las muertes, los robos y la discordia civil le fueron gratos, y allí su juventud se ejercitó. Su cuerpo que sufría el hambre, el fío y sueño por encima de lo que para cualquiera era creíble. Su espíritu era osado, engañoso, voluble, simulador y disimulador de cualquier cosa, de lo ajeno envidioso, de lo suyo derrochador, apasionado en sus ambiciones, suficiente de elocuencia y de discreción poco. Su insaciable espíritu siempre deseaba lo que no tiene medida, lo increíble, lo demasiado alto. Después de la dominación de Lucio Sila, a éste una codicia máxima de tener la república lo invadió, y eso no tenía cosa alguna de peso, con qué modos lo conseguiría, con tal de prepararse el reino para sí. Se agitaba más y más cada día su espíritu feroz por la carencia de patrimonio familiar y por la conciencia de los crímenes, las cuales una y otra con estas artes había aumentado, lo que arriba ya he recordado. Lo incitaban además las corrompidas costumbres de la ciudad, a las cuales acentuaban males pésimos y distintos entre sí, la lujuria y la avaricia.
¿Qué te parece el retrato que hace Salustio de Catilina? Te leo en comentarios.
Por cierto puedes leer el texto
en latín y español en la galería.